LOS ENAMORADOS (LOS DOS CAMINOS)


 

Tarot Aleister Crowley

 

(Del libro: "Manual para el Tarot Thoth de Aleister Crowley" de Gerd Ziegler)

 

Los Amantes

 

Palabras claves: Géminis; amor, atracción, reconciliación, unión; unión de opuestos en el amor; conocimiento a través de las relaciones.

 

  Esta carta muesta la boda de la Emperatriz y el Emperador. La ceremonia la dirige el Ermitaño, que representa al dios Mercurio. Sus ropas lo ocultan por completo. Esto indica que la fuente original de todas las cosas se encuentra más allá de lo que se puede ver y entender.

  Los amantes son la expresión de dos seres opuestos que se desean y se atraen mutuamente. La dualidad reflejada en todos los aspectos de la vida se experimenta existencialmente en la relación amorosa entre el hombre y la mujer. Cada intento de reconciliación, unión o contacto es la expresión de un impulso apasionado por restaurar la unidad perdida. Pero cada individuo, hombre o mujer, lleva dentro la dualidad de lo masculino y lo femenino. Esta dualidad se expresa, entre otras cosas, en los aspectos opuestos, a menudo conflictivos, de cada personalidad.

   Las cosas que hacen irresistible a otra persona son aspectos de nosotros mismos con los que queremos reconciliarnos. Irrumpen en nuestra mente consciente, exigiéndonos que los desarrollemos. Por regla general, nuestra pareja expresa los aspectos poco desarrollados o reprimidos de nuestra propia personalidad. Buscamos en el otro aquello de lo que carecemos.

   Esto nos da la oportunidad de aprender más sobre nosotros mismos. La moraleja no puede captarse a través de la investigación intelectual ni de la palabrería sentimental. Debe experimentarse directamente, lo cual significa que debemos estar dispuestos a experimentar todas las dimensiones de la felicidad, el miedo al éxtasis, el enriquecimiento mutuo, pero también el dolor, el conflicto, la indefensión y la vulnerabilidad. En las relaciones dinámicas nos encontramos con todos los opuestos: atracción y celos, armonía y discordia, unidad y separación, vulnerabilidad y desilusión.

   El objetivo de esta escuela de la vida es convertirnos en seres completos. Sólo podremos encontrar nuestro sentido de la unidad y de la armonía interior en la medida en que nos acerquemos al gran objetivo de la autorrealizaciópn total. La felicidad que intentamos encontrar desesperadamente en otras personas sólo la podemos hallar y cultivar dentro de nosotros mismos. La inquietud y la insatisfacción que nos hacen buscar una pareja surgen de la búsqueda de la tranquilidad verdadera y la paz profunda. Ésta es la razón por la que  los maestros espirituales siempre insisten en que la persona inteligente se da cuenta en seguida de que una relación, por sí sola, no trae la plena satisfacción. "¿Por qué no? Porque cada relación no es más que una flecha que vuela en dirección hacia la última y mejor de las relaciones de amor.  Toda relación de amor es sólo un paso más, no un fin en sí. Cada relación es un hito en el camino hacia un amor más grande que nos espera más adelante (...) Sin embargbo, una vez que hayas probado los frutos del amor, y que hayas experimentado tan sólo unos momentos la pura alegría, la increíble pulsación en la que se unen dos personas (...), en cuanto se abra una ventana, permitiéndote vislumbrar el palacio y su belleza, su grandeza, su esplendor, aunque sólo fueras invitado una vez para una breve visita, ya nunca más estarás contento con quedarte en el patio (...). Una vez que te hayas enamorado del todo, que te hayas unido al todo, entonces, y sólo entonces, te sentirás realizado." (Sannyas 16, Relationship Drama or Adventure of love)

   Volviendo al significado de la carta: todos los símbolos aparecen en pares, preparados para encontrarse con su opuesto. La transformación se produce mediante la unión matrimonial, representada por el huevo órfico alado rodeado por la serpiente, los dos niños llevan los símbolos de los diferentes ámbitos en sus manos, que han sido tocadas por la transformación: cuerpo (mazo), intelecto (lanza), emociones (caliz) y espiritualidad (flores). Las lanzas que se ven al fondo representan la confrontación entre los límites y la libertad, entre el compromiso y la independencia, que forma parte de toda relación.

   Aparecen también otros tres símbolos del zodíaco: Leo, Águila-escorpión y sagitario (Cupido). El león rojo representa el principio masculino en la naturaleza y es una indicación de la creatividad que puede desarrollarse tras la conexión. El águila-escorpión blanca refleja los elementos femeninos, la entrega a las emociones personales más profundas. El arquero (Sagitario) muestra la necesidad de un intercambio directo y franco.

 

Interpretación: Esta carta puede señalar una relación de amor maravillosa y emocionante: las relaciones existentes se estrechan o se disuelven. En la atención y la confrontación con compañeros o grupos se vuelven aparentes nuevos caminos hacia el desarrollo personal y la integración de los propios principios.

 

Pregunta: ¿Qué buscas en la persona que amas? ¿Qué constituye para ti una relación amorosa plenamente satisfactoria?

 

Sugerencia: Utiliza el Tarot con tu pareja para aprender más sobre vuestra relación. (Para más información, véase la sección sobre la explicación de relaciones en el capítullo titulado "Sistemas de echar el Tarot")

 

Afirmación: Estoy preparado en estos momentos para encontrar a la pareja que tanto he estado esperando.

 

 


 

Tarot Oswald Wirth

 

(Del libro: "La sabiduría del Tarot" de Elisabeth Haich)

 

El Enamorado

 

   Volvemos a encontrar aquí al Mago. El gorro que representaba en su carta su espíritu infinito ha desaparecido. La acción que aquí se refleja no se refiere a su espíritu. Sus cabellos rubios están sueltos, el color amarillo expresa su elevada inteligencia. Los colores de su vestimenta son el rojo y el verde. En el pecho y las piernas, el rojo está a la derecha, el verde a la izquierda. En el faldón estos colores están cambiados. Sus brazos están cubiertos de amarillo. Esta vestimenta manifiesta que todo su ser, todos sus pasos, así como su vida interior, están guiados por la espiritualidad, el amor al prójimo y los sentimientos de humanidad. Sus acciones, simbolizadas por sus brazos, son fruto de su razonamiento. Reflexiona antes de obrar. Sus manos están cruzadas sobre el pecho como si quisiera protegerse de toda influencia externa. Baja los ojos, defendiéndose así de las miradas inquisidoras que intentan atravesarlo. No acepta que su decisión sea influida desde el exterior. Por encima de su cabeza planea una estrella de doce puntas, dentro de la cual, en un círculo, un ángel con su arco tenso dispara una flecha sobre el mago. Las doce puntas simbolizan los doce signos del zodíaco, es decir, las energías creadoras del mundo visible.

   El joven ha  llegado al cruce de caminos. Una silueta femenina aparece a cada lado de la bifurcación. A la derecha del muchacho, distinguimos a la reina de los cielos, toda vestida de azul y rojo, con una corona sobre sus cabellos rubios y ondulados. A su inquierda, una mujer de pelo moreno, lleva una túnica amarilla y un manto verde. Vimos má arriba que el amarillo significa la razón, pero en este caso, al igual que la estrecha tira roja del cuello, el cinturón y las flores rojas del pelo, lo único que representa el amarillo es la astucia y el cálculo egoísta, sin espiritualidad real ni fe en Dios. El azul no aparece. El manto verde significa que esta mujer muestra amistad y simpatía para seducir a sus víctimas. Las dos siluetas tocan al joven mago, tratando de arrastrarlo cada una hacia su lado.

  Estas dos mujeres representan el combate interior del hombre que llega a la encrucijada. La suerte de cada ser se juega cada vez que se encuentra en el cruce de caminos y tiene que elegir, a derecha o izquierda. El camino de la derecha le lleva, a través de duros combates de renuncia y sacrificios, a una vida virtuosa que le aportará la alegría del amor verdadero. El de la izquierda, le conduce a un éxito fácil, sin esfuerzo, a una vida superficial e inmoral, fuente de placeres efímeros donde encuentran satisfacción sus insntintos. Pero el sabor de boca que queda es amargo; la conciencia se siente irresistiblemente atraída hacia los peldaños inferiores, y las consecuencias se traducen en un caos interior y en trastornos psíquicos.

  Los dos caminos están simbolizados por las dos siluetas femeninas. Esto no significa, sin embargo, que en esta encrucijada un hombre haya de elegir necesariamente entre dos mujeres. Eso puede suceder, desde luego, pero sólo sería uno de tantos casos en los que el ser humano -hombre o mujer- llega a una bifurcación. Cuántas veces un médico, un sabio, un artista o un comerciante debe elegir entre un éxito fácil, pero por el que debe venderse traicionándose, o un destino más duro guiado por sus convicciones interiores, pero del que quedan excluidos éxitos mundanos y vida fácil. Un doctor, Hahnemann, renunció a su consulta médica porque no podía decidirse a aplicar los métodos curativos de su época. Prefirió vivir pobremente con toda su familia de lo que ganaba traduciendo. Jamás se vendió ni traicionó sus convicciones. Pronto descubrió la homeopatía y se hizo mundialmente famoso. Pero hasta entonces qué duro camino tuvo que recorrer con los suyos. Otro ejemplo: el pintor Bocklin a quien un marchante prometió una suma importante si aceptaba que en uno de sus lienzos se hiciera doblar de manera ridícula  el cuello de un cisne. Bocklin pensó en el problema de su familia, dudó un instante y respondió luego con claridad: "No, no puedo. En este lienzo, el cisne tiene derecho el cuello." La familia Bocklin continúo viviendo con dificultades, pero Bocklin no se vendió ni traicionó su Yo. Existen muchos otros ejemplos: Lutero rechazó los altos cargos que el Papa le ofrecía a cambio de su silencio. Prefirió la persecución de la Iglesia a traicionar sus convicciones. En lugar de pintar mujeres de la alta sociedad de su tiempo y adquirir una gran celebridad, Rembrandt prefirió seguir en la miseria, buscando el secreto de las luces y las sombras.

   Muchos se han encontrado en el cruce de caminos y saben lo que significa hacer un pacto con el diablo. En el desierto, Jesús de Nazaret vivió esta misma experiencia: Satán intentó hacerle caer en la tentación, ofreciéndole todos los tesoros del mundo si, renunciando a sus convicciones, lo seguía y se sometía a su voluntad. Cuántos se encuentran en esta disyuntiva y tuvieron que repetir las plabras divinas: "Apage Satanas". ¡Retirate de mí, Satanas!

   Sucede también que en este nivel un hombre tiene que elegir entre dos mujeres, o una mujer entre dos hombres. O se trata simplemente de elegir entre dos modos de vida. El problema, por tanto, es saber si un ser humano, por ventajas terrenas, renuncia a sus convicciones, a escuchar su voz interior divina, y al mismo tiempo está dispuesto a vender su Yo divino o si, fuerte como una roca, obedece a su voz interior y sigue sus convicciones. Esto significa que realiza la voluntad de Dios. Ahora bien, no hay mayor felicidad para un ser humano que estar satisfecho de sí mismo, ¡pues esto expresa nada menos que la satisfacción de DIOS hacia él!

  Esta carta nos muestra también a un ángel disparando directamente al corazón del Enamorado. El sabe que el mago sólo puede elegir la voz razonable y que eso exactamente es lo que hará.

  Cualquiera que sea el camino que elija, será el adecuado para él, porque los dos llevan a la misma meta, a DIOS. Es sólo cuestión de tiempo: el de la izquierda es simplemente algo más largo que el de la derecha, pero DIOS no tiene prisa. Mientras el hombre carezca de madurez, tiene que elegir el camino de la derecha para acumular las experiencias necesarias. Se dará cuenta de que por ese camino se siente infeliz y se precipita en el caos y los trastorno psíquicos. Se pierde en ese camino y sale de la unidad, se desprende de su Yo. Esa es la mayor desgracia, el infierno. Tiene que retroceder, convertirse, tratar de salir de esa costumbre inveterada y encontrar el buen camino. Y cuando adquiera suficientes experiencias, ya no puede equivocarse. Cuando una noche, al salir de su palacio, Buda se dio cuenta de la vida insensata que llevaba y comprendió adonde le llevaba, se aisló para encontrar a DIOS  y con vertirse en BUDA.

   Otro ejemplo se nos ofrece en Europa con Francisco de Asís. Se encontraba en medio de un grupo de personas embriagadas, cuando cayó en la cuenta de lo que hacía. Se levantó entonces y partió para siempre, conviertiéndose en el gran San Francisco.

   Así es como el hombre debe despertarse en el camino de la izquierda, para no volver nunca a equivocarse pensando encontrar en él la felicidad. Debe encontrar el buen camino en el que perseverará para llegar a la meta suprema. Cada uno debe sentirse alguna vez en el atolladero, para poder caminar luego con firmeza por el camino recto. Porque si elige en seguida el camino de la derecha, sin contar con la madurez necesaria, no podrá resistir la primera tentanción a la que le inducirá el diablo con el pretexto de ser una prueba sencilla. Le faltará la fuerza de la experiencia y caerá en la trampa. Debe volver, por tanto, al camino de la izquierda para vivir todas las experiencias que le son necesarias.

   Cuando el ser humano lleva consigo experiencias de vidas anteriores, sólo puede elegir el camino de la derecha, sin duda posible. Si le falta todavía cierta experiencia, elige el camino de la derecha con un rodeo por la izquierda. Si las experiencias acumuladas son suficientes, elige sin rodeos el camino de la derecha.

  El ángel, que en medio del zodíaco representa al sol, lanza una flecha, un rayo de luz, al corazón del mago. Este elegirá entonces el camino que, según sus experiencias, lo llevará a DIOS, con rapidez o lentitud, directamente o dando rodeos.

   La carta del Tarot "EL ENAMORADO" lleva la cifra 6 y la letra WAU.

   La cifra 6 se compone de dos triángulos entrelazados: el uno apunta hacia lo alto, el otro hacia abajo. El triángulo cuyo vértice se eleva simboliza la trinidad divina; el que mira hacia abajo, la resitencia, el mundo material. Al centrar estos dos triángulos sobre el mismo punto, obtenemos una estrella de seis puntas, símbolo del corazón humano. Ese corazón al que el ángel lanza la flecha reúne los dos mundos, espiritual y terrestre. El hombre debe vivir los dos: en el espíritu, el divino; en el cuerpo, el terrestre.

  La carta 6 del Tarot, EL ENAMORADO, completa la primera cara "EL MAGO". Juntas dan la cifra 7 que, como en las cartas precedentes y por la reducción mística de los números, lleva al número 10.

  La letra WAU significa el ojo, se refiere por tanto a todo lo que es luz y claridad. El ojo es el puente entre el ser y el mundo exterior, porque es a través de él como se revelan al hombre la luz y el mundo exterior. Esta letra se corresponde con el sexto Sefirot, Tiphereth, sol y resplandor, todo lo que percibimos por los ojos.

 

 


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Los Enamorados (Del libro: "La vía del Tarot" de Alejandro Jodorowsky y Marianne Costa)
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