Radio


    «En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios».

 

                                                        Juan 1, 1 es el primer versículo del Evangelio de Juan. 

 

    "Isis era una mujer que poseía palabras de poder..."

                                                                

                                                                            El libro egipcio de los muertos

                                                                                               E.A. Wallis Budge

 

     ¨La ciencia moderna aún no ha producido un medicamento tranquilizador tan eficaz como lo son unas pocas palabras bondadosas.

                                                                                            (Sigmund Freud)

 

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      Con las Palabras decretamos aquello que nosotros queremos que se manifieste en la realidad, por eso hemos de ser muy cuidadosos con lo que decimos, con lo que hablamos, con nuestras palabras; ellas son la primera manifestación de lo que pensamos y de aquello que deseamos; son también el paso intermedio entre ese anhelo y su manifestación posterior en la realidad.

     Cuidemos nuestras palabras, que siempre sean palabras armónicas, alegres, sinceras, a ser posible humildes y cargadas de confianza y de esperanza. 

       Así sea.

 

 

            El Poder de la Palabra: La Radio

 

   La Radio y la imaginación van de la mano, unidas como hermanos o hermanas inseparables y complementarias. La una incentiva a la otra, la hacer crecer, evolucionar, la eleva, la enaltece. La Radio fomenta el desarrollo de la Imaginación al igual que la Imaginación engrandece el poder de la Radio.

  Palabras, sonidos, música, pausas, cuentos, noticias, imaginación, narrativa, fantasía, colores, sueños...

 

  Ni tan siquiera puedes ver el rostro de quien te habla, debes imaginarlo; de sus palabras, de sus sonidos, de sus vibraciones, cadencias, entonaciones, ritmos, de su musicalidad, compases y silencios creamos una cara, un rostro, una sonrisa, unas lágrmas, un alma, una imagen; fantaseamos y le damos vida. Nos convertimos en Creadores.

   Igualmente debemos recrear escenarios, paisajes, personajes, vestuarios, montañas, ríos, cielos, animales, gotas de lluvia, coches, niños, ancianos, textos, liturgias, nubes, caramelos, estadios, etc. etc. Nada se nos da hecho, todo debemos llenarlo con materia, darle una forma, un cuerpo nosotros mismos, solo con la ayuda de una voz, de palabras, sonidos y cadencias; las del locutor, nosotros solo nos relajamos, nos entregamos y nos dejamos llevar por el hipnótico poder de la palabra, de sus vibraciones, de sus ecos; nos convertimos en niños y confiamos, creemos.

 

   Que gran responsabilidad la de ese locutor que decide, a través de su palabra, contarnos, narrarnos, decirnos lo que sus ojos pueden ver, su mente puede pensar, su corazón puede sentir o su espíritu puede dilucidar. Aquello que él cuente es certidumbre para nosotros que escuchamos, es semilla que germinará y dará sus posteriores frutos. Nos describirá paisajes, nos narrará batallas, nos incentivará a continuar o a desistir, nos hablará de la bondad y de la maldad; veremos el color de su cielo, sabremos del frío de sus inviernos, conoceremos de su gastronomía, descubriremos las estrellas de sus noches; veremos las casas de su pueblo, la sonrisa de su gente y comprenderemos sus pesares, pasearemos por sus playas, por sus campos y si él o ella quiere nos hará volar por sus espacios aéreos, todo ello a través de sus palabras y de sus silencios, incluso nos mentirá o no  y aún así le creeremos. 

 El locutor, el comunicador o la comunicadora tiene el poder de transformar cielos en infiernos e infiernos en cielos; dramas en comedias y comedias en dramas y, si quiere, puede hacernos ver un atardecer donde hay un resplandeciente amanecer; donde él tenga  miedo nosotros veremos miedo y si tiene esperanzas nos transmitirá eso, esperanza  y todo con el poder de sus palabras.

 

  Ante tanto poder nos queda nuestra SABIDURÍA

 

 

  La radio sigue y seguirá existiendo porque es Magia, es ilusión, es fantasía.

 

  El enlace que os pongo a continuación es el de una Radio, Radio Lectura. En ella pretendo ampliar el panorama, el horizonte; que se haga un poco más claro, lúcido, a ser posible transparente y a su vez aprender a ver en las oscuras noches del alma con valentía y entereza. Con ella pretendo también poner un poco de calma, armonía y positividad en nuestras mentes y fomentar un espíritu propio, auténtico y sincero.

 

   Nada más

 

     Radio Lectura