LA ESTRELLA

  " Y preguntaron: "¿Dónde está el Rey de los judíos, que ha nacido? Porque hemos visto una estrella en el oriente, y hemos venido a adorarlo"."

 

                                                                                              (Mateo 2:2)

 


 

Tarot Aleister Crowley

 

(Del libro: "Manual para el Tarot Thoth de Aleister Crowley" de Gerd Ziegler)

 

La Estrella

 


Palabras claves: Acuario; inspiración, cristalización, autorreconocimiento, aura, claridad de visión, autoconfianza; lazos con la inteligencia universal.

 

  Esta carta muestra el proceso de recepción de las inspiraciones cósmicas más elevadas y la aparición de impulsos que generan ideas en el ámbito material. Está clasificada bajo el signo de Acuario. El aguador es el medio para esta cristalización, que simboliza a la persona que está abierta a la iluminación del espíritu. Al inspirar a los demás, sirve a una causa superior. Es también un canal utilizado por los poderes divinos para manifestarse en la tierra.

  Nut, diosa egipcia del cielo (véase la carta XX), ofrece aquí sus servicios para este propósito. En cada mano sostiene una copa de la cual vierten torrentes de energía formando espirales. Su cabello, antena receptiva para una percepción más aguda, es largo y le cae por la espalda transmitiendo ideas a la tierra.

  Lo que en el pasado no era más que una vaga impresión, ahora toma forma, cristalizándose en una misión, como consecuencia de una visión totalmente lúcida. El individuo comprende ahora las posibilidades ilimitadas de su propio desarrollo. La fuerza de inspiración lo alienta y, de una forma maravillosa, deja que se convierta en realidad lo que parecía imposible de lograr.

  La persona que se guía por este conocimiento exhibe la cualidad existencial, el aura inherente en sí, que atrae a otros magnéticamente. La fuerza de la transformación espiritual revela la falta de sentido de nuestras máscaras de personalidad y las limitaciones de cada insignificante individuo. El egoismo y la ansiedad pueden abandonarse, y el aguador deja que se apodere de él gradualmente esa parte de su ser que ha sido liberada.

  Las antenas receptoras requieren un cuidado atento y meticuloso. Si los mensajes se mezclan con tendencias egoistas, estas fuerzas increíbles podrían tener consecuencias desastrozas. El entusiasmo se convierte entonces en fantismo y la inspiración en fantasía. Hay que prestar especial atención a nuestras emociones. Al igual que cristaliza el agua de la copa de Nut, también deben cristalizar las emociones: deben entenderse clara e inequívocamente. Pero esto no puede hacerse por el control y la represión, sino sólo mediante un auténtico desarrollo emocional (simbolizado por las rosas). Las mariposas, símbolos de la transformación, muestran cómo cambia la perspectiva personal y cómo se libera de los confines de los condicionamientos previos.

 

Interpretación: Deja que tu estrella se alce en el cielo y sigue en contacto con la tierra. Fíate de tus inspiraciones y encuentra maneras de compartir lo que has descubierto con otras personas. Serás puesto a prueba y reconocido por los frutos que des.

 

Pregunta: ¿Estás completamente satisfecho con lo que estás haciendo?

 

Sugerencia: Observa críticamente lo que estás haciendo para determinar si estás esforzándote al máximo por expresar tus ideales y tus ideas claramente

 

Afirmación: Mi imaginación creativa y mi conexíon con la conciencia global me enseñan el camino para la realización de mis ideas.

 


 

Tarot Oswald Wirth

 

(Del libro: "La sabiduría del Tarot" de Elisabeth Haich)

 

La Estrella

 


  Sin corona en la cabeza ni alas en la espalda, sin cadena de oro al cuello ni cetro en la mano, sin vestidos ni calzado, he aquí a la Reina de los Cielos. Como único atributo, su cabellera ondulada y suelta. Está completamente desnuda, como Dios la creó. En un maravilloso paisaje, está arrodillada sobre su rodilla izquierda.

  Encontramos las mismas ánforas que en la carta 14, la MESURA, con la ayuda de las cuales transformaba las dos energías. Vertía entonces las dos corrientes de vida de una a otra ánfora. Pues bien, aquí, con la mano derecha, vierte sobre un río la corriente positiva del ánfora de oro; con la izquierda, vierte sobre el suelo, con el fin de ablandarlo, la corriente negativa del ánfora de plata. Ésta alcanzará luego el río en el que beben todas las criaturas vivas. Este es el agua del amor universal, el agua de la vida.

   En el prado, observamos la flor que ya habíamos encontrado en tres ocasiones. En la carta del Mago, era sólo un capullo; en la del Emperador, se estaba abriendo; en la de la Mesura, por fin, esperaba el agua viva para reanimarse. Ahora está abierta, completamente desarrollada. Revela su realidad interior y todos los tesoros que contiene, ya no tiene nada qeu ocultar. Una mariposa azul se sacia con su néctar.

  Ocho estrellas de diferentes tamaños iluminan el cielo. La estrella azul más pequeña planea justo sobre la cabeza de la mujer. Cuatro estrellas amarillas forman un cuadrado. Dos grandes estrellas azules están de frente. Cada una de las siete estrellas tiene ocho  puntas. En cuanto a la octava, está formada por dos estrellas de ocho puntas; la más importante es amarilla, la otra verde.

  Si hemos seguido fielmente la explición de las cartas anteriores, es fácil comprender que esta bella mujer desnuda simboliza el alma del hombre. Tras el hundimiento de la personalidad, el hombre se ha deshecho de sus últimos velos y se ha quitado la máscara. Sólo queda de él lo que es en la realidad absoluta, SU MISMIDAD, desnudo como Dios creó su alma, espíritu vivo en su Yo supremo. No tiene nada, porque aquello de lo que goza en el mundo material no le pertenece, lo único que tiene es el empleo de ese mundo. Y aunque las dos corrientes de vida no son suyas todavía, sabe cómo dominarlas y dirigirlas. De las ánforas de oro y plata, derrama las dos energías positiva y negativa en la gran corriente de vida, fuente de todos los hombres. No se queda con nada; ya no le es necesario dosificar las dos fuerzas conmo lo hacía en la carta catorce. Entrega todos los tesoros acumulados en su largo caminar y transmite a sus allegados la verdad sobre las dos corrientes de vida, para que puedan progresar con mayor rapidez. Según la necesidad, da fuerzas masculinas-positivas: estimula a los desesperados y los ayuda a seguir en la lucha hasta la victoria; o da fuerzas femeninas-negativas: reparte ternura y consuelo, comprensión y amor. Sus fuentes son inagotables. Cuanto más derrama valor y fuerza, comprensión y amor, más abundante es el flujo de sus energías. Las ánforas simbolizan su corazón.

   La flor de su alma, de su conciencia, se ha abierto. Todo en él es consciente. El inconsciente no oculta nada; en realidad, ya no hay inconsciente. Ha aprendido a conocerse y manifiesta todos los talentos que Dios le ha dado y que él ha sabido descubrir. Los seres superiores de la creación venidos de las altas esferas visitan su alma lo mismo que la mariposa descendida del cielo extrae el néctar de la corola. La mariposa simboliza la estrecha  relación interior con las esferas superiores. Recordemos a los ángeles de Dios que descendieron del cielo hasta el pozo de Jacob, en el desierto. En este elevado nivel, el hombre permanece en contacto con los espíritus de Dios en lo más profundo de sí mismo. Aunque en la vida normal está aislado, como Jacob en el desierto, se encuentra sin embargo en las mismas fuentes de la vida. Bebe en ellas y nunca se siente solo. DIOS está siempre con él.

  A este nivel de conciencia, el hombre ya no piensa ni desea otra cosa que participar en la liberación de la tierra. ESto no es para él ni renuncia ni sacrificio. Ve con alegría cómo algunos de los que están a su lado salen de la oscuridad, vienen a él y progresan. Ve con gozo cómo sus seguidores descubren lo esencial de la vida, sin perderse ya en detalles. Ve también con alegría cómo los que vienen a él siguen sus sabios consejos y, con profunda fe en Dios, se integran en el Todo, se convierten en hijos de Dios y, como nos dice Cristo, se hacen sal de la tierra.

   En este nivel, el hombre es como una estrella en el cielo tenebroso. Lo mis o que los planetas brillan en la noche reflejando la luz solar, el hombre transmite la luz que recibe de Dios. Irradia amor y luz a cuantos a él se acercan. Su sabiduría y su fe profunda en Dios centellean como una estrella. Las cuatro estrellas amarillas forman un cuadrado, símbolo de la materia. La sabiduría de este hombre irradia, por tanto, al mundo material. Inicia a su prójimo en los misterios de la creación y del ser humano. Explica con lógica las leyes de la vida y del destino, pues es a través de su razón como desea actuar sobre los hombres.

  La pequeña estrella azul que planea sobre la cabeza representa el resplandor personal, la piedad sincera de un ser que no puede ser acosado por pensamientos vulgares ni ocuparse cosas obscenas. La persona está purificada, irradia pureza y honestidad. Las dos estrellas azules más grandes imbolizan las fuerzas psíquicas superiores, la pureza y la devoción. La gran estrella doble está formada por dos estrellas, la más importante es amarilla, la otra verde. Esta estrella representa el Yo supremo, el espíritu del hombre que, en segundo plano, se expresa por la sabiduría, una inteligencia luminosa y una total dedicación a la causa divina. El espíritu del hombre irradia a través de su persona, a través de su almaa, y extiende su luz allí donde se encuentra. Lo mismo que la estrella que, en la noche santa, mostró el camino a los Reyes Magos venidos de Oriente en busca del Redentor, el hombre llegado a este nivel ilumina a todos el camino que lleva a la liberación.

   La carta diecisiete del Tarot tiene un valor numérico 80, la suma de 17 unida al 0, símbolo del espacio infinito. Su letra es Pe´.

   El número 17 sólo es divisible por el 1 y por sí mismo. Es pues un número primo, que expresa así el aislamiento. Y es que el hombre llegado a este nivel se separa del mundo cada vez más. Impersonal y espiritual, está abierto y se entrega a cada uno; en cambio, se calla todos sus asuntos personales que, por otra parte, él cree insignificantes. No va, por tanto, a abrumar con ellos a los que están a su lado. El valor numéricco 80 muestra que está ya vinculado a "lo infinito", el ocho horizontal y el 0. 80 es divisible por diez números indicando que el hombre tiene relaciones interiores con muchos seres. Sólo está aislado en la persona -como el número 17- y cuenta con muchas relaciones interiores y espirituales -lo mismo que el valor numérico 80-. La boca de las dos ánforas forma el símbolo de lo infinito, el 8 tendido 00, signo que ya hemos encontrado en la cabeza del Mago, carta 1, sobre la cabeza de la fuerza, carta 11, y representado por los platillos de la balanza, carta 8.

  La significación jeroglífica de la letra Pe´es la "palabra". Es, pues, la continuación de la letra BETH de la segunda carta cuyo sentido jeroglífico es la "boca" que la Sacerdotisa tenía entonces cerrada. Esta no quería revelar los secretos del más allá. Se callaba. Ahora, la palabra sale de la boca del hombre. La "palabra" de las energías creadoras fluye del orificio de las dos ánforas y se propaga. "La palabra" significa aquí la difusión del "fluido" cabalístico, del saber.

 


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