EL MUNDO

"No te dejes abatir por las despedidas. Son indispensables como preparación para el reencuentro ..." Richard Bach

  Hemos llevado a cabo un largo recorrido, hemos vivido experiencias que nos han hecho reir de alegría mientras otras nos han hecho llorar de tristeza. Hemos llegado a un punto intermedio. Hemos comprendido que lo que juzgabamos como malo y nos hizo derramar lágrimas traía una gran lección que hemos podido descifrar pasado el tiempo y lo que nos hizo reir fue el preámbulo de las posteriores lágrimas.

  La cuarta ley del "Kybalión" define "El principio de Polaridad" "Todo es dual; todo tiene dos polos; todo, su par de opuestos: los semejantes y los antagónicos son lo mismo; los opuestos son idénticos en naturaleza, pero diferentes en grado; los extremos se tocan; todas las verdades son semiverdades; todas las paradojas pueden reconciliarse."

 Hemos entendido este principio y ahora estamos en condiciones de la RECONCILIACIÓN. La reconciliación de los opuestos y buscamos el término intermedio, ni tan blanco ni tan negro, ni tan bueno ni tan malo, ni tan sano ni tan enfermo, ni todo el sol del día ni toda la oscuridad de la noche; buscamos el termino medio. Ese punto en el que dicen los sabios encontrarse la sabiduría.

  Ahora ya no podemos distinguir si estamos arriba o abajo, comprender que el cuadrado es una figura geométrica limitada y empezamos, por tanto, a vislumbrar  la amplitud del círculo, La Unidad.  Cuando  la Oscuridad llama a nuestros corazones la dejamos entrar pues somos consciente que es el germen de un nuevo resurgir a otra dimensión de la Luz.

  El quinto principio del "Kybalión" es "El Principio del Ritmo", "todo fluye y refluye; todo tiene sus períodos de avance y retroceso; todo asciende y desciende; todo se mueve como sí fuera un péndulo; la medida de su movimiento hacia la derecha, es la misma que la de su movimiento hacia la izquierda; el ritmo es el equilibrio."

  Es por eso que hemos llegado a un extremo del péndulo hemos de recorrerlo ahora a la inversa. Terminamos con el Arcano del Mundo y el Loco nos espera para llevarnos de nuevo a una nueva aventura, a un nuevo inicio.

 Cerramos un ciclo y hemos de empezar uno nuevo con todo lo aprendido en el anterior.

  La pregunta es: ¿Nos queda algo por cerrar aún del ciclo que se cierra? y si nos queda algo ¿Qué es ese algo?

 Cerrémoslo si nos queda aún algo pendiente para empezar el nuevo ciclo como un niño que va al colegio por primera vez. Con curiosidad por lo nuevo, abierto a nuevas experiencias, con el corazón henchido de amor por el camino, con nuevas y más bonitas ilusiones y experanzas pues ahora hemos aprendido que este mundo, el terrenal, la materia es sólo el medio, la forma. Aprovechémosla sin menospreciarla para crecer, evolucionar y con las miras puestas en él que de verdad es nuestro HOGAR...

 

  En este nuevo ciclo intentemos dejarnos llevar por ese arquetipo bastante desconocido por la mayoría de los seres humanos en estos tiempos: EL LOCO. Para aquellos que no lo conocen les puede asustar o incluso tachar de "loco", para aquellos que algo conocemos de ÉL sabemos que sin Él no somos nada, somos como una computadora, eso sí bien programada, pero nada más.

  El Loco es la siguiente etapa del camino, aceptémoslo como lo que es, NOSOTROS MISMOS, la energía vital, ese impulso que igual que nos hace descender al infierno nos sube a los cielos pero sin el cual estamos simplemente muertos. Vivamos con pasión, pues el AMOR ¿Qué es sino pura Pasión?

                                                                     

                                                                     Manuel Lobón González

 

 

 


Tarot de Aleister Crowley

 

(Del libro: "Manual para el Tarot Thoth de Aleister Crowley" de Gerd Ziegler)

 

El Universo

 

Palabras claves: Saturno; consumación, unión cósmica; grandes viajes; ruptura de cadenas; fin del Karma.

 

  El Universo es el último de los arcanos mayores. Cierra el círculo que empezó con el Loco. La gran obra ha llegado a su fin y retorna a la inocencia y la ceguera del Loco. La gora desaparece en el océano, que a su vez se adentra en la gota. La culminación se produce simultáneamente en un nivel más alto de existencia. Se ha alcanzado el objetivo final: el regreso a la fuente de la unión cósmica.

  Ahora uno se ve a uno mismo y al mundo tal como son en realidad (el ojo de Horus en la parte superior derecha). Todo los disfraces y las máscaras se han vuelto superfluos e inútiles. conectado a la naturalidad original, uno se deja arrastrar por la danza turbulenta del continuo movimiento del universo. Las limitaciones de ese ser tan insignificante que es el individuo desaparecen en la unión orgásmica con el universo.

   La mujer desnuda realiza la danza de su gran liberación. Con la ayuda del Ojo de Horus, ha visto más allá de la naturaleza de las limitaciones. Equipada con esta capacidad de penetración (simbolizada por la hoz, que sigue sostiniendo en su mano derecha), se abre camino a través de la red de enredos. Incluso la enorme serpiente de la transformación ha perdido su función. Sus poderes de seducción, que hacen posibles la experiencias necesarias de aprendizaje y de práctica, ya no se necesitan, dado el poder y la nueva cualidad de la nergía metamórfica. La serpiente ha sobrevivido; no hay nada que pueda destruir su mordedura  venenosa. Los cuatro querubines soplan con fuerza para enviar al espíritu que todo lo permea en las cuatro direcciones de los cielos. "¡Mira! ¡Todo es nuevo!" (Apocalipsis de San Juan).

 

Interpretación: Tienes ahora la oportunidad de ver las cosas tal como son. Todas las condiciones necearias para una conclusión o un renacimiento felices están presentes. Los acontecimientos de tu vida están en armonía con el Universo.

 

Pregunta: ¿Cuáles son las áreas de tu vida de las que deberías liberarte? ¿Hay un viaje (o proyecto) que esté esperando ser iniciado?

 

Sugerencia: Confía en tus percepciones. Haz una lista de cosas que debes terminar y que te liberarían de una vez que estuvieran terminadas.

 

Afirmación: El Universo y yo somo uno y lo mismo.

 

 


 

Tarot de Oswald Wirth

 

(Del libro: "La sabiduría del Tarot" de Elisabeth Haich

 

El Mundo

 

  Esta ilustración pertenece a un orden totalmente universal y cósmico. Después de muchas transformaciones (La Justicia, la Fuerza, la Mesura, Las Estrellas), he aquí una vez más en el centro de la carta a la Reina de los Cielos. Está desnuda. No necesita cubrirse a los ojos de los mortales, porque ahora está en su casa, en el gran espacio en el universo. Lleva una estrecha tira de tela roja símbolo de su alta espiritualidad. Sus cabellos dorados significan la fuerza de su razón. En su mano izquierda, sostiene dos varitas mágicas, una termina con una esfera roja y la otra con una esfera verde que, como sabemos, representan las cargas positiva y negativa. Al igual que las del Emperador de la carta cuatro y del Colgado de la doce, las piernas de la mujer forman la cruz, símbolo del mundo material. La Reina de los Cielos es el aspecto maternal de Dios que reina en la parte material del universo; es la MADRE, la NATURALEZA, sus varitas mágicas son la expresión de sus leyes inmutables a las que está sometido todo el universo.

   La gran corona verde que la rodea es la misma que, en la carta diecinueve, se encontraba en el suelo. Aquí significa el espacio cósmico infinito, el gran CERO. Muchos artistas requeridos para ilustrar el TArot la han representado bajo la forma de una serpiente mordiéndose la cola, símbolo de lo infinito y de la rotación.

  En torno a la corona, distinguimos los cuatro signos zodiacales: el León, el Toro, el Ángel y el Águila. En la Biblia, los cuatro puntos del cielo nos han sido revelados por la visión de Ezequiel. Las cuatro esquinas del arca de la alinaza estaban también flanqueadas por cuatro criaturas. Los cuatro evangelistas fueron relacionados con estos signos: el León con Marcos, el Toro con Lucas, el Ángel con Mateo y el Águila con Juan -el escorpión rescatado, Judas-.

   Esta carta representa el universo, el espacio inmenso. Llegado a este nivel de conciencia, el hombre se ha hecho uno con DIOS. Cristo dice: "Yo y el PADRE somos UNO" y el hombre ahora puede también decirlo, porque es un Hombre-Dios. Vive una situación de monismo con Dios, no de dualismo. Ya no se dirige a un Dios exterior: sabe qeu sólo se puede encontrar a Dios en el camino que lelva a lo interior, en el camino que lleva al Yo, a lo más profundo de uno mismo. Los primeros pasos en este recorrido son el conocimiento del pequeño "yo" personal, el "yo ilusorio" del que el hombre debe ser consciente. Después, aprende a conocerse cada vez mejor y se da cuenta de que lo que él creía ser no era en realidad sino una amalgama de energías, de instintos, de deseos físicos y de razonamiento. Comprende que su minúscula persona es sólo un "yo ilusorio" al que su ser real no ha hecho sino dar vida, animarlo. El que hace suya esta verdad, ya no se identifica plenamente con su ser físico material. Se ha ampliado su conciencia y se ha acercado a su Yo supremo. El hombre continúa subiendo, cada vez más arriba, en la escala de Jacob. El destino apoya sus esfuerzos, colocándole ante acontecimientos, experiencias y pruebas que, a pesar del sufrimiento que provocan, llevan al hombre cada vez más dentro de sí. Este debe considerar su pequeño "yo" personal como un tercero, desprenderse de él cada vez más, continuar su camino a través de todas las etapas simbolizadas por las cartas del Tarot, hasta que se convierta en su YO SUPREMO, en su SER  real. No le basta comprender estas verdades interiores con su razonamiento, pues estaría todavía muy lejos de la realización. Debe avanzar y subir al nivel en el que ya no es más que un ser divino desnudo, sin más interferencias físicas y materiales. Desde todos los puntos de vista y en cualquier situación, no puede ni debe ser otro que él mismo ¡porque no puede ser de otro modo! Está curado de todas las enfermedades del alma como la codicia, la envidia, la vanidad y la sed de poder que nunca fueron características de su ser real. Ahora, sólo puede y debe manifestar las cualidades divinas, puesto que se ha hecho divino. Si, para no llamar la atención, tuviera que comportarse como un hombre normal entre los otros, no podría soportarlo y preferiría, por tanto, retirarse por completo. Por eso, ya no debe explicar su vida y milagros a los que, de todos modos, no lo entenderían. Pero no están ahí los únicos motivos de su retiro. Durante el largo camino hacia su Yo, los órganos de sus sentidos se han hecho tan sensibles que, sin dificultad, descubren a los demás. Aunque los comprenda y no lo juzgue, sufre viéndolos seguir un modo de vida que destruye. No escuchan la verdad cien veces repetida y corren hacia su ruina, como los contemporáneos de Cristo. Prefiere entonces partir. Sus sentidos y nervios delicados ya no podrían adaptarse a la comida, a la bebida y al ruido de los que están a su lado. Estos seres dejan toda vida mundana, a nos ser que DIOS les imponga la prueba, colocándoles precisamente entre los hombres para cumplir su misión.. En Europa, es difícil retirarse de la sociedad. Por eso, se van a otras regiones y viven allí como todos los que no pueden aguantar al mundo.

  Hay muchos ejemplos, pero no hay por qué enumerar todos. Además de los que todo estuidos puede encontrar en los libros - Rama Krishna, Shivapuribaba o Ramana Maharshi-, hay otros más discretos. La autoria de este libro conoce muchos de ellos, hombres y mujeres (uno de la alta sociedad dejó Occidente para marchar a la India, allí se hizo cortar el pelo y continuó su ruta como un modesto peregrino). Cuando se encuentran seres así y es posible adivinar la armonía y la paz que los invade, se comprende por qué esta gente quiere retirarse del mundo.

  Estos seres están por encima de toda crítica. Sus concepciones son distintas de las del hombre común. Llevan consigo las características del Colgado y del Loco. Todo lo que el hombre normal considera indispensable les resulta superfluo. Ya no se cambian de sitio, pues saben que el mundo es igualmente hermoso por todas partes si, detrás de toda forma y de toda manifestación, se reconoce al que se manifiesta, DIOS. Un hombre a este nivel no necesita ya de museos ni de galerías de pintura para admirar las maravillosas demostraciones de las bellezas del mundo, aunque sepa reconocer, mejor que nadie, el talento artístico. Pero él sabe que cada una de las piezas musicales, cada uno de los cuadros, cada una de las figuras son sólo una manifestación parcial, una parte del todo. Las artes, como el trabajo más modesto, son el camino que lleva hacia la meta, hacia el todo, hacia el desarrollo y la perfección, hacia SÍ, ¡hacia DIOS! Pero el hombre no necesita ya de todo eso, ha llegado al final. Se ha convertido en la perfección, en el todo, se ha convertido en DIOS. ¿Por qué debería entonces manifestar sólo una parte, si se ha transformado en el todo?

  Moíses, Jesús, Buda y los demás gigantes llegados a la meta no fueron ni pintores, ni escultores, ni músicos, ni bailaron delante del altar, como Davie, para poner a Dios de manifiesto. Un ser así sabe que toda representación artística procedente del corazón es una manifestación divina que se corresponde con el nivel alcanzado por el hombre. Pero para los titanes, las manifestaciones parciales son inútiles. Ellos se han convertido en la fuente de todas las artes, en la fuente de todo amor. Por eso ya no sienten el amor. El amor es el deso y la necesidad de unidad. Ahora bien, cuando el hombre se ha hecho UNO con el todo, cuando ha llegado a la UNIDAD, ¿por qué iba a resultarle necearia la unidad? Esos seres están de vuelta a casa, viven en DIOS. Su conciencia está identificada con el SER.

  La carta 22 del Tarot lleva el número 400, que resulta de la suma del número 22; 4 multiplicado por 10 al cuadrado, es decir por 100. La letra TÁU.

  El número 4 encierra el desenlace divino de la creación, el número 10. Porque sumando las cifras hasta 4, obtenemos 10 (1+2+3+4=10). El valor numérico 400, la cifra 4 unida al doble 0, simboliza toda la creación material, el universo entero con el Creador, con DIOS.

  La mujer, el semblante femenino de Dios, Dios en su calidad de "madre", Isis o Kali, representa en esta carta la cifra 1 y la corona, el círculo infinito, el universo. Pero detrás de la mujer, aspecto visible de Dios, la naturaleza, sentimos también el principio masculino de Dios, la divinidad invisible, inefable y no manifestada. En la Cábala, este aspecto se llama ENSOPH y los hindúes PARABRAHM.

  TÁU Y DÁLETH (carta 4) tienen la misma signifiación jeroglífica: "el seno". Entendemos por qué define esta letral al que ha lelgado a la meta. Ha conseguido la mayor profundidad, el SENO de la creación. Está en el seno de Dios. Esta letra es también el símbolo del hombre, pues el ser humano es la finalidad y la corona de toda la creación visible.

 


Descarga
El Mundo
El Mundo (Del libro: "Jung y el Tarot" de Sallie Nicholls
El Mundo .pdf
Documento Adobe Acrobat 159.7 KB

Descarga
El Mundo
El Mundo (Del libro: "La Vía del Tarot" de Alejandro Jodorowsky y Marianne Costa
El Mundo Jodorowky.pdf
Documento Adobe Acrobat 99.6 KB