De la unión del Mago con la Suma Sacerdotisa surgió La Emperatriz. Lo activo y lo pasivo, el sol y la luna, lo masculino y lo femenino se unieron y tuvo lugar la Creación. De la Mente del Mago y de la capacidad de gestación y reproducción de la Suma Sacerdotisa surge todo lo manifestado.
Ahora es necesario poner orden en toda esa manifestación. El orden, la disciplina, las reglas son tareas que corresponden al Emperador en aras de que en nuestro reino interior se establezca la paz, la armonía y el bienestar.
El Emperador es el encargado de establecer las leyes que van a regir nuestra vida acá en la tierra, en la materia pero sin olvidarse que somos seres espirituales.
El Emperador es el número 4, con el 4 volvemos de nuevo al Mago, el 1, pero en otra dimensión; todo lo imaginado por el arcano número 1, El Mago, ha tomado forma en la materia y ahora es necesario ordenarlo y darle prosperidad.
El Emperador es el Logos que equilibra el Caos.
TAROT Aleister Crowley
El Emperador
(Del libro "Manual para el Tarot Thoth deAleister Crowley" de Gerd Ziegler)
Palabras claves: Aries; pionero, descubridor, líder, iniciador; sabiduría creativa; grandes dotes de mando; gusto por la acción, espíritu aventurero, nuevos
comienzos; paternidad, autoridad.
El Emperador está representado como un hombre coronado y con ropas majestuosas. Su trono, que brilla con los colores fogosos de Marte y del Sol, está decorado con cabezas de carneros salvajes del Himalaya. El mismo símbolo se repite en su cetro. El globo con la cruz de Malta, símbolo de la dignidad real, expresa la unión entre la sabiduría y el dominio temporal.
El cordero reclinado que sostiene en sus patas la bandera de la paz indica una correlación similar. Revela la otra cara del carnero salvaje: las verdaderas cualidades de mando implican una subordinación humilde a las leyes del universo. Esto presupone una profunda comprensión y un reflejo constante de la voluntad del Todo. Este tipo de gobernante siente una compasión tan intensa que está dispuesto a sacrificarse él mismo por el bien de todos.
El águila bicéfala simboliza la transformación interior y exterior mediante la energía creativa del sol. Es ésta una expresión del potencial creativo del Emperador, que señala el comienzo de un nuevo proyecto o una nueva fase en la vida. Este nuevo comienzo se ampliará a nuevos territorios, conquistará nuevas áreas (como simboliza la figura del 4 formada por las piernas cruzadas del emperador; véase el Principe de Bastos). En el mundo exterior, esto podría significar el inicio de un proyecto prometedor, cambios en la vida profesional, viajes o paternidad. En el mundo interior, nuevas ideas, comprensión de campos de conocimiento hasta ahora desconocidos (estrellas que explotan sobre dos oros a la derecha y a la izquierda de la figura) o una experiencia dramática de autodescubrimiento. Mientras que el Emperador gobierne al servicio de la transformación y de los nuevos comienzos, su poder será bondadoso. Pero habrá que tener cuidado si utiliza su poder para fortalecer lo que ya existe. Esto paralizaría las estructuras de su reino y transformaría su valentía y firmeza en severidad. Su autoridad fundada en la sabiduría se convertiría en control autoritario que eliminaría implacablemente cualquier resistencia antes de que ésta pudiera germinar. Esta resistencia al flujo constante de la vida significaría su propia condena. Tarde o temprano, su reino terminaría.
Interpretación: Es el momento oportuno para un cambio o un nuevo comienzo. Confía en su poder.
Pregunta: ¿Qué necesitas cambiar en tu vida? ¿Hay algo que quieras cambiar?
Sugerencia: Observa críticamente tu relación con tus subordinados y superiores.
Afirmación: Confío en mi propia fuerza. Reino sirviendo; sirvo reinando.
TAROT DE OSWALD WIRTH
El Emperador
(Libro: "La sabiduría del Tarot" de Elisabeth Haich)
He aquí la imagen de un hombre vigoroso dotado de todos los atributos de la soberanía. Está sentado sobre un cubo, su trono. Es el rey del mundo material. Los romanos le llamaban Júpiter. La linea trazada hacia arriba se apoya en el signo simbólico de la materia, la cruz.
El rey lleva casco amarillo, decorado de rojo, rematado por seis puntas como una corona, y que representa la estrella de seis puntas formada por dos triángulos entrelazados. Cuando se prolonga esta estrella en la tercera dimensión, se obtinenen los dos tetraedros incluidos en el cubo.
El amarillo del casco expresa la capacidad del rey para manifestar su elevada energia espiritual a través del pensamiento, la escritura y la palabra. Los ribetes rojos del casco aluden también a su espiritualidad y sabiduría. El color oscuro de sus cabellos y de su barba significa que se ocupa del mundo material. La mitología romana le llama Júpiter, los griegos Zeus, dios de la sabiduría y soberano divino de la tierra.
Su ser íntimo está vestido de rojo, pero sólo se observa ese vestido ceñido en sus piernas y sus brazos. Lo demás está tapado por las otras ropas. El busto y los hombros están cubiertos por una ocoraza azul claro. Sobre su pecho, vemos a su derecha el sol y a su izquierda la luna. Esta coraza represnta la imparcialidad, la objetividad y la capacidad de resistencia del rey frente a los enemigos y a los ataques exteriores. El sol y la luna expresan que reúne en sí las dos grandes energías, masculina-positiva del sol y femenina-negativa de la luna, disponiendo de las dos y trabajando con ellas en el universo. La pesada cadena de oro que lleva al cuello simboliza su sólida inteligencia.
La coraza está adornada con tiras rectagulares rojas con bordes amarillos, que ocultan en parte la túnica azul y la mangas. Manifiesta así la espiritualidad, la benevolencia y la bondad. Sus pies están calzados de azul, indicando que el amor puro y la humanidad guían sus pasos. sus mano derecha sostiene un imponente cetro, rematado por tres hojas en forma de azucena, expresando así que trabaja con energías positivas masculinas.
En su mano izquierda, sostiene un globo verde, símbolo de su poder sobre el mundo terrestre. Este poder no es la violencia, sino la fuerza irresistible del amor universal. Por eso el globo es verde y su tamaño tan grande.
El Emperador está sentado en un gran cubo amarillo adornado con un águila marrón. El cubo es la forma más simple de la cristalización de la materia, la de la sal.
Esta sentado sobre un cubo porque, aunque esté por su espiritualidad por encima de la materiaa, el rey necesita de la base sólida de esa materia y del mundo físico para realizar su actividad. Él domina la materia y la emplea en la transformación de las fuerzas materiales en fuerzas espirituales, cosa que expresa formando con sus piernas una cruz, símbolo de la materia.
El cubo representa una materia muy ligera, a traves de la cual el rey manifiesta su sabiduría. Esta materia es el cerebro del hombre y por eso el cubo es amarillo. Es una materia inteligente. A través de su cerebro, los hombres manifiestan las grandes verdades y las ideas divinas del rey del cielo. Sin él, el rey no podría expresar y transmitir su sabiduría por el pensamiento, la palabra y la escritura. El águila marrón es el símbolo de la materia, pero tampoco en su expresión instintiva que, al igual que el escorpión, se arrastra sobre la tierra, sino una materia que sirve para la manifestación de los pensamientos elevados del espíritu-mundo y que puede volar alto por los aires. El águila vuelve la cabeza a la derecha, es decir, hacia el lado masculino-positivo, indicando el trabajo siempre masculino-positivo y creador del rey. El significado de este cubo aparece todavía mejor, si pensamos en la Caaba, en la Meca, centro del culto mahometano. La Caaba es un edificio cúbico que, según la tradición, fue construido por Abraham. En toda la tierra, a la hora de la plegaria, todo mahometano se vuelve hacia la Caaba y, una vez al menos en su vida, trata de hacer una peregrinación a la Meca. Dentro de La Caaba, entre tres columnas, se hallan doce lámparas de plata más una decimotercera en el centro. Las columnas simbolizan la trinidad divina y las lámparas los doce signos del zodiaco con el sol en el centro. La Caaba no tiene ninguna ventana, sino una única puerta, abierta a siete pies de altura y a la que se accede por una escalera de siete barrotes. Los mahometanos llaman a la Caaba "Casa de Dios", lo que no significa otra cosa que el mismo ser humano. El significado simbólico de la Caaba es tan claro que es casi superfluo explicarlo: la Caaba representa el cubo, la materia, el cuerpo del hombre en el que habita el Yo Divino, DIOS; las tres columnas, la divina Trinidad que animaa el cuerpo con las energías divinas del Logos. Cristo dijo: "El reino de Dios está en vosotros". Encontramos el mismo símbolo, el cubo que alberga el principio divino, en el Apocalipsis de la Biblia, ilustrado allí por el cordero inmolado. Juan relata lo que ve: "Después, uno de los siete ángeles... vino y me dirigió la palabra diciéndome: ven, te mostraré a la esposa, la mujer del cordero, la conciencia del hombre que se va a unir al principio divino. Y me trasladó en espíritu a una montaña grande y elevada. Y me mostró la ciudad santa, Jerusalén, que descendía del cielo, del lado de Dios, envuelta en su gloria... El que me hablaba tenía como medida una caña de oro para medir la ciudad, sus puertas y su muralla. La ciudad tenía la forma de un cuadrado... su longitud, anchura y altura eran iguales. (¡Por tanto un cubo!)... La muralla estaba construida en jaspee, la ciudad era de oro puro, parecida al cristal puro... No vi templo en la ciudad: porque el Señor Dios todo poderoso es su templo, lo mismo que el cordero. La ciudad no necesita ni sol ni luna para iluminarla, pues la gloria de Dios la ilumina, ¡Y el cordero es su antorcha!" Constatamos que el visionario de la Biblia vio también el cuerpo del hombre iluminado y liberado como un cubo convertido en trasparente, la primera forma de la cristalización de la materia, de la que la Luz de Dios -el principio divino que enmola- ilumina al cordero con sus luces divinas.
A los pies del rey, encontramos la misma flor que, como en capullo, se encontraba detrás del mago. Allí significaba que el hombre no era todavía consciente y que la mayor parte de su ser estaba aún detrás de lo consciente, es decir en el inconsciente. Aquí, la flor está delante del rey y comienza a abrirse. No es ya por tanto un capullo. El ser que se encuentra a este nivel es sensiblemente más consciente que en el del mago. El controla su cuerpo, su forma material. Posee un cierto dominio de sí mismo. Utiliza su cuerpo como una fuente cuyas energías físicas transforma en energías espirituales. Avanza así con mayor rapidez hacia la meta. Su alma no es ya un capullo, se abre poco a poco e irradia la luz divina, el amor. Una idea se abre paso en él: el nivel psíquico del hombre no depende de su saber, sino del amor que tiene. Tiene que practicar lo que su entendimiento ha aprendido y comprendido. No debe guardar para sí las experiencias vividas y el saber, sino transmitirlos a los seres todavía ignorantes. Dispone ya de un dominio de sí y controla sus instintos. La fuerza que saca de ello debe permitirle ayudar a los demás igual que a sí mismo. Vislumbra ya la meta suprema y debe consagrar su vida a espiritualizarse cada vez más y a llevar a los demás por el camino de la espiritualidad. Ya ha leído y aprendido mucho, y ha escuchado muchas veces la verdad divina de la boca de los que llegaron a la meta. Ha vivido muchas experiencias y puede así distribuir preciosos tesoros. Cada vez en mayor número, las gentes se acercan a él para pedirle ayuda y consejo, y él trata de aliviar las penas de los hombres. Auyuda donde puede; la misericordia y el amor universal se abren paso en su corazón, lo mismo que la flor abre sus pétalos.
La carta del Rey lleva la cifra 454 y la letra DALETH.
La cifra 4, como forma geométrica, cuadrado de la cruz, se encuentra en el cubo, porque si desplegamos la funda del cubo, obtenemos la cruz.
Los seis lados del cubo forman cuadrados iguales. En toda la tierra y en todas las religiones, las formas geométricas del cuadrado y de la cruz son símbolos de la materia. En los dos brazos de la cruz, el tiempo y el espacio, el espíritu-mundo, el Logos, Cristo, es crucificado. El presente absoluto se encuentraa en el punto de intersección de los dos brazos de la cruz. El tiempo y el espacio se dan cita en ese punto. Para nosotros, espíritus encarnados, ese punto, el presente absoluto, representa la única posibilidad de conseguir también en el cuerpo, la REDENCIÓN, la LIBERACIÓN. Si no, estamos "crucificados" en el tiempo y el espacio. Sólo la perseverancia en un presente absoluto con una conciencia absoluta puede liberarnos de la crucifición en el tiempo y el espacio. Entonces, resucitamos a la eternidad. El símbolo del hombre crucificado en la cruz es tan antiguo como la humanidad. Por todas partes, tanto en América como en Oriente, se han encontrado tales crucifijos en las excavaciones.
La cifra 4 aparece también como símbolo en las cuatro grandes corrientes que arrancan de la fuente del centro del paraiso y que parten hacia los cuatro puntos cardinales; después, en la visión de Ezequiel, los cuatro grandes signos del zodiaco: el León, el Toro, el Angel (Acuario) y el Aguila (Escorpión), y se encuentra también en los cuatro rostros de Dios en la religión filosófica hinduista.
Esta carta del Tarot, el EMPERADOR, completa la de la EMPERATRIZ. El rey representa el aspecto masculino-positivo, la reina el aspecto femenino-negativo de una sola unidad divina. Las cifras 3 y 4 suman 7, cifra clave a nivel terrestre. Por eso, la escalera que sube la Caaba cuenta con siete peldaños. Sumemos la cifra 7 según el método místico, 1+2+3+4+5+6+7 y obtenemos el número 28. La suma de este número (2+8) representa el número divino de la perfección, de la realización de la creación, el número 10. El cero no cuenta en la equivalencia mística porque simboliza el universo. El resultado final es por tanto la cifra 1. Obtenemos el mismo resultado sumando, según el mismo método, la cifra 4: 1+2+3+4=10 El resultado final es otra vez 1.
La letra DALETH es la ilustración del principio estimulante y activo del universo. A través de él, Dios da la forma a los cuerpos y a todos los aspectos de la materia. Daleth corresonde al cuarto Sefirot Chesed, el amor y la bondad.
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