El LENGUAJE DE LAS MANOS y STAR OF BETHLEHEM

Dónde guardamos todas esas sensaciones, experiencias y recuerdos que vivimos en algún tiempo ya pasado.
Desde el momento en que nos estamos formando como seres humanos en el vientre materno vamos acumulando experiencias que son las que nos van a ir convirtiendo en las personas que somos hoy día.
Muchas de esas experiencias las vamos enterrando en "el baúl de los recuerdos" "La caja de pandora", inconsciente o subconsciente. Sea como sea como llamemos a ese lugar la cuestión es que no tenemos conciencia de esas experiencias, sin embargo actúan y nos condicionan desde esas profundidades sin que seamos conscientes de ello.

Cómo hacer conscientes esas experiencias, esas sensaciones, recuerdos o vivencias para poderlas comprender, sanar e integrar.

Algunas veces nos basta un olor. Se nos despierta entonces una emoción, una sensación y un recuerdo. Y ese olor se convierte en una lágrima o en una sonrisa.
Es el olfato un sentido difícil de ignorar; es un sentido muy presente en nuestras vidas. Pasamos por la puerta de un restaurante y nos llega el olor a comida. Viajamos en el metro y nos llega el perfume de la persona que va a nuestro lado (algunas veces no es precisamente perfume...). Pasamos por un jardín y nos llegan aromas, etc, etc.

Hay otro sentido. El tacto, es este un sentido que tenemos más olvidado, apenas si le prestamos atención. Tomamos un lapicero y apenas si prestamos atención en su textura, rugosidad, suavidad; lo tomamos y escribimos no mas. Un vaso, a las justas notamos si está frío o caliente. La ropa que usamos ¿Nos detenemos a sentirla?
Fijémonos en un niño pequeño. El aprende con el tacto, su cuerpo lo conoce a través de sus manos, la cuna la va reconociendo con el tacto. La comida, no le des cuchara, él prefiere sus dedos. Esto nos va causando sensaciones y emociones, recuerdos y experiencias que vamos guardando y olvidando. Pero que están ahí y siguen condicionándonos, unos de forma positiva y otros no tanto.

Nos dice Charlotte Wolff en su libro "El lenguaje de la Mano":
"En la actualidad hay pruebas de que la respuesta del cerebro a los estímulos ha de ser localizada con toda probabilidad en el órgano en que han sido producidos, en este caso la mano. Y esta respuesta, que consiste en nuestras reacciones nerviosas, emocionales y mentales, forma, finalmente, después de repeticiones incesantes, la personalidad."

Richar Gill a causa de un grave accidente pierde el sentido del tacto y escribe un libro llamado "Agua blanca y magia negra" y nos cuenta:
"No me había dado cuenta antes (hasta que me sucedió y el eminente especialista me ayudó a entenderlo) de cómo dependen por completo del sentido del tacto la finura y la precisión de nuestros movimientos y la coordinación.... ...Es un mundo extraño y nuevo el que debe aprenderse si por cualquier razón una persona pierde el tacto..."
Nos hemos detenido alguna vez a pensar en esto. O mejor dicho ¿Nos hemos detenido alguna vez a tocar, a "tantear", a sentir las cosas, los objetos y, lo que es más importante, a las personas?

Hay una flor en el sistema floral de Bach, Star of Bethlemen que nos ayuda a recuperar recuerdos enterrados que nos están impidiendo vivir placenteramente nuestro presente y enfocarnos con apertura hacia nuestro futuro, en definitiva nos está impidiendo ser feliz. Esta Flor nos ayuda a sanar viejas heridas. Tal vez vendría muy bien junto con Honeysuckle (Madreselva). Lean más si gustan sobre estas dos Esencias aquí:

Star of Bethlemen    Honeysuckle

Que tengamos todos un buen día, que seamos felices y que tomemos conciencia, porque "la con-ciencia es la madre de todas las ciencias". Y podemos empezar a ampliar nuestra conciencia disfrutando de nuestro sentido del tacto; tocando, deteniéndonos y sintiendo lo que a partir de hoy tomemos con nuestras manos, o pisemos con nuestros pies descalzos. O porque no sentir con plena conciencia la textura, suavidad y la delicadeza de los labios de nuestro amor (tal vez en ello descubramos el secreto del valor de la vida).

Muchas gracias a tod@s

Manuel

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