Flores de Bach y Tarot (Walnut y la Curación)
Walnut es la Flor que nos asiste en los momentos de cambios, este remedio es el puente que nos ayuda a cruzar el río que separa lo "viejo de lo nuevo".
Todos los cambios cuestan. Nuestro ser interior ha tomado ya la decisión, una etapa se ha agotado y debemos iniciar una nueva pero la personalidad, el ego tiene miedo a lo nuevo, a lo desconocido, no sabe que le espera a la otra orilla del río; no se permite fluir con la vida, no se entrega y quiere seguir, quiere continuar manteniendo el control sobre la situación (también nos ayuda Cherry Plum) aún a sabiendas que ya es algo imposible.
Walnut esta relacionado "con los dictados del alma de los NUEVOS COMIENZOS y de la LIBERTAD DE ESPIRITU".
Walnut nos toma de la mano, nos presta el apoyo y nos da la confianza y la seguridad que necesitamos para cruzar ese río.
Nos brinda el amor necesario para que podamos soltar las viejas ataduras con reconocimiento, comprensión y agradecimiento y demos el paso en paz hacia esa nueva etapa de la vida.
La Curación.
La Curación es el "Rey del Agua", el "Maestro de las Emociones", en el Tarot de Osho.
El hombre es un animal de costumbres dijo el escritor Charles Dickens, Nuestros inconsciente tiene una programación, o si gustas en nuestro código genético hay grabada una información que se
transmite de padres a hijos desde que eramos anfibios, o antes. Las glándulas tiroides, por ejemplo, se encargan de mantener el yodo en la sangre en la misma proporción que el yodo que está
en el mar, fruto de aquellos remotos tiempos.
Si por nuestra personalidad fuese, si le diésemos las riendas de nuestra vida al ego seguiríamos aún siendo amebas. Afortunadamente en nuestro ADN tenemos también la información de la
evolución, del inconformismo, de la libertad.
Tenemos un cerebro dividido, hemisferio izquierdo y hemisferio derecho y si somos inteligentes (cosa que dudo cuando veo como nos matamos unos a otros) utilizaríamos los dos conviviendo en
armonía.
En base a esto en nuestro interior conviven dos fuerzas, que si bien tienen la misma dirección y el mismo destino, a veces nos confunden porque una parece tirar hacia un lado y la otra hacia
el otro. La ley o el principio de la polaridad del que nos habla el Kybalión.
Cuando en la vida se nos plantea la posibilidad del cambio (por otro lado tan deseado) una de las fuerzas se pone en marcha y nos anima y alienta con esperanza, arrojo y valentía; pero he
aquí que la otra también arranca sus motores y saca a relucir todas sus artimañas más perversas para que ese cambio no se produzca.
- ¿Cómo te vas a ir y dejar a tus padres solitos?
- Que idiota eres dejar todo lo que tienes sin saber lo que te espera.
- No es el momento adecuado, espera un poco.
- Mira lo que le paso a fulanito por aventurase a lo loco
Estos son los más sencillos de los argumentos que esta fuerza inconsciente puede poner ante tus sentidos. Pero como último recurso va a utilizar otros más perversos y dañinos, como por
ejemplo un accidente, un acontecimiento inesperado. Aquellos que tienen algún conocimiento al respecto o alguna experiencia saben que esa fuerza es muy potente y que al igual que la fe "mueve
montañas" el miedo "las destruye".
Otro recurso que utiliza esta fuerza es la enfermedad.
El miedo al cambio produce enfermedad. Así de simple y así de complicado.
Y si a esa voz del alma llamada "enfermedad" le tapamos sus síntomas porque no la queremos oír las consecuencias posteriores van a ser dramáticas. Porque el alma es "más" que la "materia".
Menos es más.
Primero porque hemos encontrado la excusa perfecta para no hacer los cambios que teníamos que hacer y nos hemos quedado donde mismo estábamos, hemos parado el proceso de evolución. Y esto es
grave.
Segundo, porque hemos continuado fomentando la "costumbre", lo viejo, lo que ya no nos sirve, para evitar "lo nuevo".
Tercero porque le hemos dado al inconsciente motivos suficientes para saber que es él quien manda y decide y que la próxima vez que lo intentes volverá a actuar y esta vez con más
contundencia, esta vez la enfermedad será más grave porque reunirá los síntomas de la anterior suprimidos y guardados con los de la nueva, o simplemente será para siempre (habéis oído hablar
alguna vez de "enfermedades crónicas") y habrá que tomar drogas de por vida para evitar el tan "temible cambio" que siempre estará en una paciente y amorosa espera.
Un simple resfrío, un simple dolor de cabeza, de oídos, etc. trae malestar, incomodidad, pesadez, trae un conflicto pero también trae un mensaje y una solución.
Dentro del Yin está el Yang y dentro del Yang está el Yin.
Un resfrió normalmente es un conflicto inconsciente que no puedo ver con claridad pero que me tiene hasta las "narices".
En la garganta está el chakra de la comunicación y de la creatividad, unas anginas vendrán a decirme que en algo no me estoy expresando como mi alma necesita, tal vez no expreso mi rabia, o
mi amor, o tal vez soy una persona muy creativa y no le estoy prestando atención a esa faceta tan importante de mi existencia.
Un dolor en las articulaciones viene a decirme que debería ver mi rigidez y empezar a cambiar hacia una actitud más flexible.
Tal vez de tanto estar en la cabeza y dejar a un lado el corazón me produce dolor.
Y así en todos los casos el propio órgano enfermo nos dice que nos está ocurriendo, de que sufre nuestra alma.
Nunca has oído decir: "No te enojes tanto que vas a enfermar tu hígado"; Las manos: el dar y el recibir. Los pies: nuestro camino en la vida; la vista: que nos negamos a ver; los oídos: que
nos negamos a escuchar, etc, etc..
Claro es fácil recurrir a lo fácil, una pastilla todo lo cura.
Pero en la pastilla no hay trabajo, no hay comprensión, ni aceptación, no hay crítica alguna, no hay nada, ni tan siquiera evolución. En la pastilla hay estancamiento, inmovilismo.
Y cuando digo pastilla no sólo me refiero al medicamento químico o su sustituto el remedio natural, me refiero a esa actitud personal que busca en el exterior la solución fácil a un problema
que se generó en el interior y que es dentro donde está también la solución.
Recuerden este refrán: "No dejes camino por coger trocha".
La carta de la Curación del Maestro Osho nos invita a reflexionar sobre la verdadera curación, nos invita a que seamos libres de pensar que tal vez la curación es algo mucho más grande y
mucho más bonito de lo que nos quieren hacer creer. Nos invita a que meditemos si la enfermedad es tan mala como nos dicen. Cuando nuestra mirada es de amor todo cambia.
Claro que para eso debemos visitar los extremos y es ahí donde comprendemos que todos los extremos son malos y entonces buscamos el termino medio, donde está la virtud y donde TODO tiene su
razón de ser. También la enfermedad.
Y si este Arcano de la Curación nos invita a la reflexión y a la meditación la Flor Walnut, uno de los remedios más importantes y más bonitos del Dr. Bach, nos ofrece su mano y su experiencia para que con la valentía y el afán de libertad que habita en todos nosotros crucemos el puente hacia una nueva dimensión.
Más tarde o más temprano tenemos que hacerlo.
En definitiva, a mí al menos me merece la pena pasar un dolor de cabeza, unas anginas o simple resfriado, de esta forma evito pasar a mayores en el futuro y además, y lo más importante, he resuelto un conflicto que me va a permitir dar un importante paso en mi caminar hacia ese espacio interior tan bello que todos andamos buscando
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